Falta un mes para que entre en vigor el impuesto al plástico y el sector al completo pide al Gobierno que lo retrase un año. Un aplazamiento que ya ha ocurrido en Italia. Los empresarios alertan de que esta medida tendrá un coste de 690 millones al año que terminará trasladándose al consumidor. Pero esta es justo la idea de Europa, que contaminar cueste más.

Por tanto, parece que España se va a convertir en el primer país que introduzca el impuesto al plástico de un solo uso, ante la inquietud de las empresas. "Es precipitado, no han dado margen a las empresas para poder actualizar sus programas informáticos según lo quiere Hacienda", aclara José Luis Blanco, responsable financiero de Xallas Embalajes.

En concreto, se gravará con 45 céntimos el kilo, algo que José Luis, que se dedica a embalar, cree que se terminará trasladando al cliente final. "Va a generar una inflación bastante grande a partir de febrero o marzo. Vamos a estar en desventaja con respecto al resto de Europa", asegura.

En total, las patronales calculan que habrá sobrecostes de 690 millones, algo que pretenden evitar como sea. Algunas empresas, han optado por hacer ahora acopio de envases. "Han incrementado el número de pedidos y las cantidades. Si una botella cuesta 0,20 céntimos después del impuesto costará 0'22", confiesa Germán Monleón, director general de Pines Española.

Italia, con un ratio de reciclaje siete puntos por debajo de España, ha decidido aplazar un año el impuesto. Aquí, los empresarios piden lo mismo teniendo en cuenta el contexto económico que existe.

Frente a esto España, según denuncia Greenpeace, es uno de los mayores consumidores de plástico de Europa y casi la mitad de las 400 millones de toneladas que fabrica al año, no se reciclan.