"Está todo parado y no podemos vender nada. Además, los pedidos están hechos porque la mercancia se pidió una semana antes", así lamenta María Ordóñez, de Flores La Orquídea, que su floristería esté prácticamente vacía antes del día de Todos los Santos.

Se trata del día más fuerte del año para cualquier floristería, que cualquier año estarían completamente abarrotadas en una jornada que acumula entre el 30% y el 40% de las ventas anuales del sector de la flor cortada.

Este 2020, con las restricciones de movilidad asociadas a la situación de emergencia, el volumen de ingresos por un día tan señalado para los floristas se reduce a la mitad. Dani Pando, de Materia Botánica, considera que "con la incertidumbre que hay, la gente está esperando a ver si puede ir o no al cementerio".

Como ejemplo, el año pasado los españoles destinamos 120 millones de euros en flores para tal fecha como esta. Y por eso, Interflora, que trabaja con una red de 1.500 floristerías en toda España, ha estrenado un servicio de entrega de flores directamente en el cementerio con el objetivo de "apoyar al comercio local".

Su intención es sortear la crisis de un sector, muy tocado este año por la cancelación de todo tipo de eventos. Los trabajadores animan a comprar flores frescas para tratar de compensar la caída de hasta un 80% en sus ingresos anuales.