16 extranjeros 'armados' para destrozar un jamón dan clases de cómo se debe cortar. Entusiasmados se entregan al cuchillo. "Para mí es como la meditación porque yo estoy aquí al 100%, con todos mis sentidos", señala un alumno.

Este amor casi tántrico se ve en las cifras de venta fuera de España, que aumenta a la vez que lo hacen las cifras de turistas. "Aquí conocen el jamón, les encanta y cuando vuelven a sus países buscan donde poder encontrarlo", afirma Eduardo Burgos, Director de marketing de Navidul.

Exportamos jamones al mundo por encima de los 360 millones de euros. En cuatro años el ibérico podría duplicar su precio actual, pero el 70% no sabe cortarlo. Ni muy grueso, ni muy pequeño, ni en lonchas. Lo que si manejan es la regla del 50/50: una para el plato, una para dentro. En corte apenas aprueban, pero en comerlo, ahí sí que lo bordan.