Se cumplen diez años de la quiebra de Lehman Brothers, que fue la culminación de una lenta caída que se pudo observar en las gráficas de Wall Street, ya que el banco acumulaba, a mediados de septiembre de 2008, una pérdida de valor en Bolsa anual cercana al 95%. Pero nadie pensaba entonces que las autoridades le dejarían caer.

La explosión del sector inmobiliario de EEUU debido a las hipotecas basura provocó muchas quiebras en el sector financiero, que estaba especialmente expuesto al mercado hipotecario.

Durante los años previos a la bancarrota de Lehman Brothers, la burbuja inmobiliaria creció de forma exponencial, ya que los prestamistas hipotecarios vendían las hipotecas concedidas a entidades bancarias, por lo que no se preocupaban de que los prestatarios pudieran hacer frente a los pagos.

Esas hipotecas, más tarde, se empaquetaban en Wall Street y se vendían a los inversores bajo la figura del bono de titulización hipotecaria, popularizado por el banco Salomon Brothers en los años 80. Y, después, los bancos de inversión retorcieron el mercado al comercializar los tramos con peores ratings de aquellos bonos bajo la figura de obligaciones de deuda garantizadas.

La burbuja se agravó una vez que la exposición a los impagos se multiplicó artificialmente al comenzar los inversores a acumular posiciones cortas sobre los bonos hipotecarios y los CDO mediante las permutas de incumplimiento crediticio.

Cuando los prestatarios de las hipotecas comenzaron a incumplir sus pagos, el resto de instrumentos y derivados financieros perdieron su valor, en una caída que se llevó por delante no solo a Lehman Brothers, sino también a Bear Sterns, Merril Lynch y AIG, entre otras muchas entidades. Pero solo se dejó caer a Lehman. El resto fueron rescatadas.

"La crisis financiera global se mantiene como uno de los eventos definitorios de nuestro tiempo", aseguró la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. "Los enormes costes económicos soportados por gente ordinaria combinados con el enfado de ver a los bancos rescatados y a los banqueros disfrutar de impunidad están entre los factores que explican el auge reaccionario contra la globalización", ha insistido.

Un total de 24 países experimentaron quiebras bancarias, según el FMI. La recuperación de la actividad económica, que no ha vuelto a sus niveles previos a las crisis en muchos de ellos, elevó la deuda pública de las economías avanzadas en más de 30 puntos porcentuales del PIB, de acuerdo a los datos que maneja el organismo dirigido por Lagarde.

"El sistema es más seguro, pero no lo suficientemente seguro", alertó la directora gerente del FMI, que también llamó a un mayor liderazgo femenino para reformar el sistema financiero. "Como ya he dicho muchas veces, si Lehman Brothers se hubiera llamado Lehman Sisters el mundo podría ser muy diferente hoy en día", zanjó.

De su lado, el expresidente de la Reserva Federal de Nueva York afirmó que la mejor recomendación era que los reguladores no dejaran al sistema financiero crecer más allá de las protecciones del Estado. Las reformas tras la crisis han garantizado "una variedad mucho más fuerte de defensas".