Las bodegas Muga, en La Rioja, tienen en Estados Unidos a uno de sus principales clientes. "Es un mercado muy importante", señala David de la Fuente, director de exportaciones de esta bodega, "estamos hablando de más del 20% del volumen de las exportaciones".

Ahora, tras la amenaza del presidente Donald Trump de subir los aranceles a los vinos franceses, el temor se extiende a que también pueda afectar las exportaciones españolas.

"Los franceses nos cobran mucho por su vino y nosotros les cobramos muy poco", señalaba el mandatario estadounidense en declaraciones a la CNBC, "no es justo".

Estados Unidos es el mayor consumidor de esta bebida del mundo, con 1,8 millones de toneladas al año y, para España, es el cuarto mercado. "Supone unas ventas de 325 millones de euros en el año 2018 con crecimiento paulatino en los últimos años", explica Rafael del Rey, director del Observatorio Español del Mercado del Vino.

Sin embargo, los expertos coinciden en que poner trabas a nuestro vino no tiene sentido, ya que en EEUU necesitan más del que producen. "La producción de vino americana no es suficiente para absorber el consumo de su mercado doméstico", detalla David de la Fuente, "carecería de sentido la imposición de ese arancel".

Desde el sector creen que una traba en las exportaciones perjudicaría sobre todo a los consumidores estadounidenses, ya que el producto les costaría más caro.