Se han practicado ocho arrestos en Vigo, tres en la localidad de A Estrada (Pontevedra), uno en Melide (A Coruña) y otro en el municipio coruñés de Arzúa, al que se suma otro en Guadalix (Madrid).

La trama, que contaba con ramificaciones en varios países europeos, supuestamente habría defraudado al menos cinco millones de euros entre 2011 y 2012 mediante un esquema de "sociedades truchas", "sociedades pantalla" y testaferros, según ha explicado la Agencia Tributaria.

Tras casi un año de investigaciones, el lunes, bajo la dirección del Juzgado de Instrucción número 5 de Vigo, funcionarios de la Agencia Tributaria desarrollaron un "amplio dispositivo" que ha permitido la detención de 14 presuntos miembros de la organización, así como el bloqueo de diversas cuentas bancarias y cajas de seguridad de los supuestos implicados en la trama.

De acuerdo con los resultados de la investigación conjunta desarrollada por Vigilancia Aduanera de Galicia (Unidad Operativa de Pontevedra y Unidad Fiscal Regional) y la Dependencia Regional de Inspección Financiera de Galicia (ONIF Galicia), en colaboración con la ONIF Central, los responsables de la organización habrían creado una trama para la defraudación al IVA en la comercialización de consolas para juegos y otros productos informáticos, creando una compleja estructura empresarial con sociedades en España, Portugal y Rumanía.

La trama desarticulada operaba mediante sociedades constituidas en Galicia, Madrid, Cataluña, Norte de Portugal y Rumanía, si bien suministraba a distribuidores de toda España.

La mercancía objeto del fraude viajaba directamente principalmente desde el Norte de Europa (Dinamarca, Bélgica y Holanda) a almacenes logísticos españoles que, a su vez, la remitían a los comercializadores finales. Sin embargo, para llevar a cabo el fraude al IVA se interponían en este esquema una serie de sociedades creadas en otros países europeos (Portugal y Rumanía) y en España.

Según explica la Agencia Tributaria, la mecánica del fraude consistía en que los productos, a pesar de viajar directamente a España, eran facturados por las sociedades del Norte de Europa a "sociedades truchas" remotas, creadas en Rumanía y Portugal.

Estas empresas eran, nominalmente, los primeros receptores de la mercancía, limitándose a su refacturación a otras sociedades ficticias españolas, que tampoco recibían las mercancías y que, a su vez, refacturaban a otras sociedades españolas (sociedades pantalla), también creadas para la ocasión, que finalmente facturaban a las sociedades distribuidoras reales.

De esta manera, mientras la mercancía iba directamente desde una sociedad del Norte de Europa a un distribuidor español, la facturación se realizaba siguiendo un circuito del que formaban parte, además del emisor y el receptor de la mercancía, hasta tres intermediarios (sociedades truchas en Rumanía y Portugal, truchas en España y sociedades pantalla en España), según precisa la Agencia Tributaria.

Dado que, de acuerdo con la normativa comunitaria del IVA, no procede pagar este impuesto indirecto en las compras intracomunitarias, pero sí en las ventas interiores de España, las 'truchas españolas' tendrían que ingresar unas cantidades de IVA "muy elevadas", al no soportar este impuesto en sus compras y sí repercutirlo en sus ventas.