En los supermercados, basta con mirar solo un poco para darse cuenta de que los precios de los alimentos se han disparado en cuestión de meses. La crisis post-pandemia y la guerra en Ucrania están detrás de esos encarecimientos, pero desde el principio se propagó una acusación muy recurrente durante el último año y medio. Se ha señalado por una parte de los ciudadanos que las tiendas estaban aprovechando la coyuntura para subir los precios más de lo que deben.
Este martes, el Banco de España ha echado por tierra las conspiracionessobre la presunta avaricia de las grandes cadenas. En una publicación, la entidad deja claro que los precios de los alimentos se han encarecido menos que lo que ha supuesto para los supermercados el sobrecoste de la producción.
Podrían haber subido más
Según los datos publicados por la institución bancaria española, en cuestión de un año lo precios de los alimentos subieron un 14,6% pero los costes de producción para los supermercados se dispararon todavía más; en concreto dos puntos porcentuales más, hasta el 16,6%.
Detrás de los costes de producción encarecidos, según informan los propios comercios, están los precios de los alquileres de los locales, la factura eléctrica o el coste de los transportes por los combustibles, entre otros factores.
Los comerciantes reconocen que los precios de la alimentación se han incrementado de forma notable, pero añaden que están asumiendo un porcentaje de pérdidas porque no han repercutido en los clientes todo el encarecimiento de los costes productivos.
El sector textil se ha contenido
Las cifras del sector textil son idénticas a las de la alimentación. La secuencia se repite: precios disparados y dedos acusadores que señalan a las marcas de ropa como responsables.
Pero lo cierto es que, también en este caso, los costes de producción han subido más que lo que han subido los precios en las etiquetas. Un 14,6% han subido las prendas de ropa y casi un 17% se han encarecido sus costes de producción.
La agricultura también aguanta
El sector de la agricultura y la ganadería se ha observado con lupa por parte de los compradores. Las quejas son constantes en cualquier mercado de barrio para mostrar el malestar por los precios. La realidad es que los ganaderos y agricultores han subido un 23,8% sus precios, pero los costes de producción se han disparado un 25,6%.
Esto significa que el sector no ha repercutido todo lo que se han encarecido los costes de producción. En esta industria, particularmente, la situación se complica todavía más por culpa de la sequía que está reduciendo la cantidad de producto que sale de los cultivos y de las granjas.
Todos estos datos reflejan que, a pesar de que hay sectores que han subido los precios más de lo que les correspondería, hay todavía margen para confiar en que todas las industrias no lo están haciendo. Echa un vistazo a cuáles son los sectores que sí se están aprovechando de la crisis para aumentar sus beneficios de forma más que evidente en este otro artículo de laSexta.
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