¿Está permitido?

Cuanto más urgente, más caro: los trucos de las empresas para fijar precios según los datos del cliente

Los detalles Se trata de lo que ha propuesto hacer a través de Inteligencia Artificial (IA) la aerolínea estadounidense Delta Airlines. En concreto, plantea no solo cobrar en función del asiento, el día y la hora del vuelo, sino que también en función del usuario.

Cuanto más urgente, más caro: los trucos de las empresas para fijar precios según los datos del cliente
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¿Se han preguntado por qué a veces, un mismo billete de avión o una misma entrada cuestan distinto en función de quién las compra? Se trata de lo que están empezando a hacer algunas compañías aéreas. Nos cobran el billete de avión en función de nuestras necesidades y en todo el rastro que hemos ido dejando en internet. Con la ayuda de inteligencia artificial saben por qué compramos ese billete, cuánto de necesario es. Una pista: a mayor necesidad, más caro.

En concreto, es lo que ha propuesto hacer la aerolínea estadounidense Delta Airlines, a través de la Inteligencia Artificial (IA). En definitiva, que el precio de sus billetes varíe, no solo en función del asiento, el día y la hora del vuelo, la época del año, o la demanda, sino que también de los datos de cada cliente.

Eso sí, "es algo habitual que recopilen tu información, incluso la zona en la que vives si estas en un barrio pudiente, el tipo de teléfono… para subir los precios", explica a laSexta Joaquín Peñas, CEO de People First AI y profesor de Ingeniería Informática en el Universidad de Sevilla.

Si bien la aerolínea ha negado que vaya a usar datos personalizados, sí lo hará con agregados. De hecho, no sería la única compañía en la que notamos una sensación similar. "En Uber por ejemplo, la batería tiene que ver también con el precio que te ponen. Si tienes menos batería, a veces te ponen más precio".

Una práctica que en teoría, no es legal en Europa, es decir, "las empresas no pueden fijar de forma dinámica los precios basándose en los datos personales obtenidos sin el consentimiento del usuario", asegura el portavoz de la OCU, Enrique García. Precisamente, es en ese consentimiento donde está la clave, o la trampa, según se mire. Y es que muchas veces, lo hacemos al aceptar las cookies de sus web. Por eso, piden una regulación que limite este tipo de abusos.