El nuevo fichaje de Telefónica, Rodrigo Rato, no ha caído especialmente bien en la sociedad civil, pero tampoco entre los políticos españoles.
A través de las redes sociales la oposición ha expresado su desacuerdo con el contrato como asesor de quien llevó a Bankia a la quiebra, y además está imputado por cuatro presuntos delitos.
Tampoco entienden bien que le contrate, precisamente, la empresa que se privatizó durante su vicepresidencia en el Gobierno de Aznar.