Consumir mercurio puede provocar problemas neuronales en el hígado, en el riñón e, incluso, en los sistemas reproductores. Pero está presente en todos los pescados, sobre todo en el pez espada, emperador, atún rojo, tiburón y lucio.

"En el plancton el nivel es bajito, en el pez pequeño se da un poca más y en el grande es muy elevado", explica Pilar Bermejo, catedrática de Química Analítica. Por ello, los pescados con alto contenido en mercurio no deben ser consumidos por embarazadas ni niños menores de 10 años. En el caso de los menores hasta 14 años, se deben consumir en baja cantidad.

En este sentido, Iris de Luna, endocrinóloga del HU Quirónsalud, señala que "en los fetos y en primera infancia es cuando se desarrolla el sistema neuronal". Por tanto, apunta, "en los periodos de desarrollo debemos evitar la exposición al mercurio".

El riesgo de las embarazadas tiene relación con la capacidad del mercurio de atravesar la placenta o afectar a la leche materna. Por ello, la recomendación es no consumir pescados grandes. Según Pilar Bermejo, "el bebé podría sufrir alteraciones a nivel neurológico".

Pero, ¿qué pasa si ya hemos consumido más de lo recomendado? Todavía estamos a tiempo de arreglarlo reduciendo "la exposición al pescado en los próximos años", asegura Iris de Luna. Los médicos recomiendan usar el sentido común en nuestra dieta, no abusar de ningún producto y disfrutar de los beneficios del pescado.