Al contenedor amarillo van los envases y plásticos, como por ejemplo, una lata de refresco, una botella de agua, un bote de detergente o un brick de leche.

Cada habitante en España recicla al año 1.142 envases, o lo que es lo mismo, unos 14 kilos de residuos.

Para saber dónde acaban residuos como estos, nos vamos a subir al camión que va a recoger esta bolsa. Le acompañaremos durante su ruta hasta la planta de selección.

Este servicio de recogida de residuos urbanos trabaja 24 horas al día. 100 operarios dan servicio a 180.000 personas. Hoy haremos la ruta con Sergio y Marina: dos oficiales de primera que llevan más de 10 años conduciendo el camión de la basura.

No cambian de horario pero sí de ruta. "Yo me levanto a las cinco menos cuarto, que vivo en un pueblo de Toledo, y siempre vamos solos. En estos camiones la carga lateral sí me gusta. La radio y a echar la jornada", asegura Sergio Ramiro.

Llegan a recoger hasta 70 contenedores en una misma ruta. Por eso, hay que diseñarla cuidadosamente.

César Rico, gerente de la Planta Lyma, explica que "normalmente hay un contenedor cada 100 metros. Normalmente es el punto donde menos moleste al vecino o donde más alejado esté. En un turno nocturno hacemos la recogida del centro de la ciudad y en zonas más estrechas. En los horarios diurnos lo que hacemos es la recogida en nuevos barrios, en zonas más amplias".

Gracias a que está todo automatizado, la recogida es más rápida y segura. "Desde que salen los brazos hasta que echas el contenedor pasan 45 segundos".

Y al fin llega el turno de nuestro contenedor. "Yo tengo aquí una raya en la pantalla que la tengo que hacer coincidir con la raya del contenedor, lo cojo con los brazos, lo levanto, ahora lo voy a vaciar, y lo bajo".

Cada camión tiene una capacidad de 26 metros cúbicos, que se traduce en unos 5.000 kilos de envases por vehículo.

"Respecto a Europa, España es el sexto país en tasa de reciclaje de envases ligeros por habitante. Nosotros tenemos en torno a un aumento de entre un 3% y un 5% anual. Este último año ha sido además un repunte importante de más de un 12% de residuos respecto al año anterior", explica César Rico.

Con los camiones a media carga, hacen una pausa en su trabajo. "Cuando dejan algo fuera de contenedor, eso está ya contaminado, eso ya no se puede reciclar porque se contamina. Tenemos que concienciarnos todos un poquito. Intentar doblarlo todo lo que se pueda. Los envases y las botellas 'espachurrarlas'", asegura Marina Leña.

Una vez lleno llega el momento de descargarlo en la planta de selección. Aquí se separan los diferentes envases.

Así terminan los envases de nuestra bolsa. Tras ser seleccionados y procesados, se amontonan en pilas que se denominan técnicamente 'balas'. Al igual que los nuestros, el 77% de los envases que se ponen en el mercado en España terminan en plantas como esta para ser reciclados.

A las pocas de salir de nuestra casa, ya están listos para tener una nueva vida.