La inflación está poniendo patas arriba nuestra cesta de la compra y nuestras costumbres diarias. Si ya advertíamos de que las tapas gratis con la consumición podían estar en peligro por el alza de los costes, ahora la subida de los precios también provoca que la marca blanca, la amiga del ahorro, estén por las nubes.

En ocasiones, las enseñas del distribuidor son incluso más caras que la marca del fabricante, algo que se deja notar en la cesta de la compra. Por ejemplo, el aceite de marca blanca ha aumentado su precio en un 40% desde que arrancó 2022.

Pero no es lo único. Las conservas, el papel de cocina... Todo sube. Pero, ¿por qué? "Es evidente el aumento de los costes propios, de la producción", explica el jefe global de Data de Gelt, José Luis Varela.

Desde principio de año hasta marzo, las marcas del fabrican aumentaron sus precios hasta un 18%, mientras que las blancas lo hicieron en un 7%. Sin embargo, la tendencia cambió en abril y las comerciales descendieron un 8% mientras que las blancas se han disparado.

Por tanto, si queremos ahorrar, habrá que comparar un poco más.