BBVA insiste en buscar una fusión con Sabadell. Una propuesta, confirmada por la entidad la semana pasada, que sin embargo era rechazada este lunes por el banco catalán. Ante este 'no', ahora el BBVA ha lanzado una OPA por la totalidad del Sabadell, una operación que contempla las mismas condiciones que la propuesta de absorción inicial, tal y como ha informado en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Pero, ¿qué consecuencias tendría una fusión del BBVA y el Banco Sabadell? En primer lugar, supondría la creación de un gigante financiero con 986.924 millones de euros en activos, con datos del cierre del primer trimestre de 2024. De hecho, el nuevo grupo que podría surgir de la unión se convertiría en el segundo banco de mayor tamaño de España, sin alcanzar la magnitud del Banco Santander, pero justo por delante de CaixaBank.

El grupo fusionado, que sería a su vez el tercero de Europa, después de BNP Paribas y el Santander, tendría una capitalización de unos 70.000 millones. El BBVA aportaría el 80% de ese eventual grupo conjunto, puesto que sus activos ascendían a 801.690 millones a finales de marzo. Además, la suma de las dos entidades tendría 135.462 empleados y una red de 7.115 oficinas.

El BBVA propuso en un primer momento una fusión por absorción de Banco Sabadell con un canje de una acción de nueva emisión de BBVA por cada 4,83 acciones del Sabadell. Unas condiciones que mantiene en la OPA, en la que ofrece a los accionistas la misma contraprestación, equivalente a un precio en efectivo de 2,12 euros por acción, lo que supondría valorar el Sabadell en algo más de 11.530 millones de euros.

¿Cómo afectaría una fusión a los clientes?

En una fusión de tales magnitudes, gran parte de la población española está muy pendiente de lo que ocurra. De hecho, en España, ambos bancos suman un total de 17,5 millones de clientes (12 en BBVA y 5,5 en Sabadell). Por ello, existen grandes dudas ante lo que ocurra.

Una fusión que Alejandro Inurrieta, economista, califica de "mala" para empleados y usuarios: "Es una operación que va a beneficiar a los accionistas, que es el único objetivo que tiene el sistema bancario. Va a ser muy buena para ellos y mala para clientes y empleados. Los usuarios van a ver reducido el número de oficinas y la calidad del servicio, como se ha visto en cualquier operación de este tipo", aseveraba en Al Rojo Vivo.

Con la gran presencia de ambos bancos en todas las grandes ciudades y pueblos españoles, parece inevitable el cierre de oficinas, ya que muchas se encuentran muy próximas de otras. Por tanto, también se podría ver reducida la plantilla. Respecto a cualquier acuerdo previo con el banco, como podría ser una hipoteca, no debería haber ningún cambio, aunque sí lo habría en el caso de una renegociación.

De darse la fusión, uno de los cambios que afectaría a los clientes es su número de IBAN (código bancario identificativo). La nueva entidad se encargaría de informar del nuevo número a cada cliente, además de cambiar las domiciliaciones a ese nuevo número de cuenta, pero debe ser la persona en particular la que deba, por ejemplo, notificar a su empresa del cambio para seguir recibiendo la nómina.

Además, probablemente desaparecerá la web y aplicaciones de una de las entidades, probablemente las del Banco Sabadell dado su menor tamaño. Aunque en principio las credenciales sean las mismas, seguramente los clientes deban entrar con sus datos en las plataformas digitales ofrecidas por BBVA.

Por último, las cuentas y tarjetas de BBVA y Sabadell seguirían en funcionamiento hasta su fecha de caducidad, aunque sí podrían sufrir variaciones, sobre todo en lo que respecta a las comisiones, como sucedió en la fusión entre CaixaBank y Bankia.