Podemos vender nuestra casa y vivir en ella hasta la muerte, es una fórmula que se llama nuda propiedad y que ha cambiado la vida de Azucena Ramírez. Se niega a que sus hijas la cuiden: "Es mi casa hasta que yo me muera".

Con el dinero de la venta ya en el banco, es más que suficiente. "He contratado una chica fija por las mañanas, salgo bastante y voy a viajar todo lo que pueda", explica.

En el último semestre se han disparados las ventas de nuda propiedad un 300% y muchos jubilados han decidido pasar por una feria inmobiliaria para informarse.

"Son personas mayores, de entre 60 y 85 años, que suelen tener necesidades económicas. Al vender las casas, reciben una cantidad importante de una sola vez y así complementan las pensiones", sostiene Eduardo Molet, consultor inmobiliario

Isidro García ha comprado un piso como inversión a medio plazo y le ha salido un 30% más barato que si hubiera sido una compra al uso. "Me parecía interesante como inversión y decidí hacerlo", explica.