Villadangos del Páramo, en León, ha amanecido con rabia y frustración. Jesús es uno de los 362 trabajadores que se irán a la calle después de que Vestas, la empresa de aerogeneradores de molinos, haya anunciado su intención de echar el cierre: "Cambio de vida total, porque tienes un empleo y tienes una vida hecha al rededor de la fábrica".

Desde junio son casi 600 los empleados despedidos. "Habrá que buscarse otra vez la vida desde el principio, ya tengo una edad complicada", explica Ana María, una de las empleadas afectadas y que llevaba diez años en la fabrica.

El cierre de Vestas, si nada lo impide, afectará a 2.000 empleos indirectos. "Hay mucha gente joven que también está trabajando aquí y que necesita seguir trabajando ahí, nos repercute a todos, no sólo a Vestas", apunta una vecina.

El alcalde de Villadangos, Teodoro Martínez, no entiende la decisión: "Vestas es líder mundial, tiene beneficios y no entendemos que una empresa que tiene ayudas públicas se pueda ir así de rositas y decida de un día para otro que cierra esta fábrica por un capricho".

El Gobierno y la Junta de Castilla y León han mostrado su apoyo a los empleados en Valladolid. "Estamos sorprendidos, pero además enfadados. Esto dice mucho de la empresa, que desde luego no ha tenido ninguna responsabilidad social", apunta Reyes Maroto, ministra de Industria.

Además, la Junta y el Gobierno han acordado reunirse con la dirección de la empresa en Dinamarca para buscar una solución.