El correo de Miguel Blesa era un buzón de peticiones. Sus más allegados en el Partido Popular le escribían para pedirle, por ejemplo, que colocara a amigos en la Ejecutiva de Caja Madrid. Esperanza Aguirre intentó convencerle de que su exconsejero Manuel Lamela o la cuñada de Ignacio González deberían tener un cargo.

De los correos de Blesa se desprende que también le pidió ese tipo de favores el expresidente Aznar. La Ejecutiva de Caja Madrid se ponía manos a la obra, y concedía gran parte de esos favores, aunque para ello fuera necesario saltarse algunos filtros.

Blesa tenía muchos amigos y no todos eran políticos. Algunos eran empresarios y le pedían directamente dinero. Créditos sin ningún tipo de control como los que le concedió al expresidente de la CEOE. Caja Madrid perdió gran parte de los 26 millones de euros que concedió a Díaz Ferrán.