El Banco Central Europeo se pronuncia sobre el impuesto temporal a la banca que se está tramitando en el Congreso de los Diputados. Un dictamen en el que advierte sobre cómo este gravamen podría afectar a la capacidad de las entidades de conceder crédito.

Además, avisa de que es posible que las entidades "registren unos beneficios bajos o pérdidas" cuando se recaude, lo cual "podría poner en peligro una transmisión fluida de las medidas de política monetaria" a la economía a través de los bancos.

En su valoración, remitida este jueves a la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, mantiene asimismo que "no sería deseable utilizar los ingresos procedentes de los impuestos recaudados de las entidades de crédito con fines presupuestarios" en la medida en que, de este modo, estas "fueran menos resilientes a las perturbaciones económicas y, en consecuencia, limitaran su capacidad de conceder crédito, empujándolas a ofrecer condiciones menos favorables".

Algo, alerta, que "crearía incertidumbre y afectaría negativamente al crecimiento económico". A este respecto, recomienda "una clara separación" entre los recursos presupuestarios generales y los ingresos procedentes de estos impuestos.

Recalca asimismo el BCE que la imposición de este tipo de impuestos "debe ir precedida de un análisis exhaustivo de las posibles consecuencias negativas para el sector bancario" para así asegurar que no plantea riesgos para la "estabilidad financiera, la resiliencia del sector bancario y la concesión de crédito". Insiste, así, en la necesidad de considerar "cuidadosamente" su impacto en la rentabilidad de los bancos.

Avisa también de que aplicar este impuesto a aquellos con pérdidas "perjudicaría aún más la resiliencia de un banco deficitario" y, a su vez, de que aplicarlo solo a algunas entidades "podría falsear la competencia" y "perjudicar la igualdad de condiciones". Así las cosas, reitera su recomendación de acompañar la propuesta legislativa de un "análisis exhaustivo de las posibles consecuencias negativas para el sector".

El dictamen también advierte de que el importe del impuesto "podría no ser proporcional a la rentabilidad de una entidad", por lo que, si se aplica de forma general, aquellos bancos que no se beneficien de las condiciones actuales del mercado "podrían ser menos capaces de absorber los posibles riesgos a la baja de una recesión".

¿Trasladar el coste a los clientes?

Por otra parte, la institución que dirige Christine Lagarde se muestra en contra de incluir una disposición que impida trasladar el impuesto a la banca a los clientes, porque "podría generar incertidumbre" y "riesgos operativos y de reputación".

En este sentido, considera "aumentos legítimos" las subidas de precios aplicables a los clientes por los aumentos de costes distintos del gravamen, relacionados con la cobertura de riesgos o el ajuste de los márgenes comerciales. Apunta que espera que los bancos "reflejen en los precios de los préstamos todos los costes pertinentes, incluidas las consideraciones fiscales". "Parece difícil diferenciar si el gravamen temporal se trasladaría de forma efectiva a los clientes o no", concluye a este respecto.

Además, apunta que sería "deseable una terminología más clara" sobre el criterio para determinar a qué entidades afectaría el impuesto y pide aclarar más cuál sería la función del Banco de España a la hora de garantizar que no se traslade su importe a los clientes.

Respuesta del Gobierno

Tras recibir el informe, justo antes del debate en el Congreso sobre el impuesto a la banca y a las energéticas, fuentes del Gobierno han trasladado a laSexta que analizarán "detenidamente" el dictamen, aunque recuerdan que no tiene carácter vinculante.

En todo caso, defienden que el BCEno emite una opinión contraria al impuesto, sino que hace recomendaciones y se pronuncia sobre aspectos técnicos de la norma que ve necesario aclarar. Consideraciones que las fuentes consultadas consideran relevantes para cualquier impuesto de este tipo que se pueda desarrollar en otro país y que, aseguran, fueron tenidas en cuenta por el Ejecutivo antes de hacer la propuesta.

Destacan además que los resultados que estamos conociendo estos días apuntan a un "fuerte incremento de los beneficios" de las entidades en los nueve primeros meses del año como consecuencia, entre otros aspectos, de la subida de tipos de interésy de que la remuneración de los depósitos todavía se mantiene contenida.

Sostienen que el sector bancario se encuentra en una "posición muy sólida" en términos de solvencia y no prevén que el gravamen tenga un impacto significativo, tanto por su naturaleza temporal como por su calibración y diseño. Además, y con respecto a la competencia, entienden que el carácter temporal del impuesto minimiza cualquier efecto distorsionador.