"Si protestan es porque vamos en la buena dirección". Así de contundente ha sido la reacción del presidente del Gobierno al hacer balance de la gestión del Ejecutivo. Pedro Sánchez se refería en concreto a los recientes impuestos anunciados para las energéticas y la banca, en un momento en el que el Gobierno insiste en que "hay que arrimar el hombro" y "proteger a los vulnerables".

Las quejas transmitidas desde la banca y la energéticas son amplias y variadas. Las entidades insisten en que su nuevo impuesto es injusto. José Antonio Álvarez, vicepresidente y consejero delegado del Banco Santander defiende que "la banca ya tiene impuestos altos" y que añadir más no les parece oportuno. Creen que con un panorama mundial complicado como el actual, no es el momento.

Por su parte, Gonzalo Cortazar, consejero delegado de Caixabank habla de una medida injusta, distorsionada y contraproducente. "Debilitar el sistema financiero es contraproducente. Cuando hay una crisis económica, si la banca es débil, la crisis es más profunda y duradera", defiende.

Coinciden además en que la nueva figura impositiva distorsiona el mercado. El consejero delegado del Banco Sabadell, César González-Bueno cree que "el nuevo impuesto debe respetar la competencia entre entidades" y advierte de que "los principales afectados serán los pequeños ahorradores".

Algunas estudian ya incluso cómo van a batallar contra el gravamen. Desde Repsol señalan que harán todo lo posible "para que esa medida arbitraria no impacte en nuestra compañía". Buscarán resquicios, dicen, para no pagar lo que el Gobierno espera.

Y todo con un primer semestre donde las energéticas han presentado grandes resultados. Algunos duplicados como Repsol o históricos como Iberdrola. También los bancos han registrado cifras millonarias, mucho mejores que las que presentaron el año pasado de enero a junio.