El mercado del aceite de oliva, por primera vez en muchos meses, en años incluso, está experimentando una tendencia a la baja en sus precios impulsada por diversos factores que incluyen la visión de una cosecha más abundante y una disminución en la demanda y las exportaciones. En origen ya se paga un 7% menos desde que empezó este 2024.

Las recientes lluvias han levantado el ánimo a los olivareros, quienes esperan una cosecha más prometedora este otoño. Julián Barco, de la almazara Campo Real Dámaso González, ha expresado su optimismo: "Después de tres años difíciles, las lluvias están favoreciendo la nueva cosecha".

El precio del aceite de oliva extra ha caído hasta los 8,22 euros el kilo, en enero estaba en 8,84 euros y a principios de febrero llegó a costar hasta 9 euros. Este descenso se está reflejando gradualmente en los estantes de los supermercados, donde los consumidores comienzan a notar una leve reducción en los precios.

Sin embargo, los cooperativistas se muestran escépticos y anticipan que los precios no experimentarán una caída hasta que se materialicen los resultados de la próxima cosecha. Rubén Galián, de la cooperativa Nuestra Señora de la Cabeza, ha señalado: "No esperamos una disminución abrupta de los precios, al menos hasta finales de año o principios del próximo, cuando sea evidente que la cosecha será abundante".

El sector espera con expectación el próximo vareo, programado para octubre, que confirmará si las buenas perspectivas se traducen en una realidad para el mercado del aceite de oliva.