El Ayuntamiento de Barcelona ha dado su visto bueno a una propuesta de los hoteleros de la ciudad para instalar una desalinizadora móvil para poder rellenar este verano las piscinas y otros equipamientos turísticos de la capital catalana que no pueden hacerlo con agua potable por las restricciones por sequía.

Una planta móvil de tratamiento de agua es la solución que tienen en mente los hosteleros de Barcelona contra la prohibición de llenar sus piscinas. La desalinizadora la pagarán los hosteleros.

Carlos Segura, gerente de Soluwater, ha contado en laSexta que "el agua viene con impurezas" y "no viene totalmente clara", por ello, indica que tendrán que quitar las "sales" con las que viene. Así, por ósmosis inversa, limpia el agua de impurezas y sales convirtiéndola en agua dulce.

Lo ideal es que se instale cerca del mar y el agua filtrada sea trasladada a los hoteles mediante cubas. El Ayuntamiento de Barcelona ya ha trasladado su voluntad para buscar una ubicación y colaborar en su instalación. A cambio, los hosteleros se han comprometido a ceder el sobrante del agua para uso público.

Según han explicado los expertos a laSexta, mediante este sistema se producen alrededor de 700 u 800 metros cúbicos al día, es decir, lo que equivale a llenar unas siete piscinas. Así podrían ponerle fin a una imagen que se ha convertido en habitual en Cataluña, la de las piscinas vacías.

Mientras los hosteleros celebran la medida, las asociaciones ecologistas que creen que afectará además al ecosistema marino. Fernando Fernández, portavoz de Greenpeace Cataluña, ha querido recordar la "salmuera". "Lo que acaba generando son biocidas, metales pesados antiespumantes", ha explicado. Además, piden que el modelo turístico se revise porque Cataluña para que no se consuma más agua en un momento de sobreturistificación y de cambio climático.