Los hipotecados tienen todavía armas jurídicas para recuperar su dinero. La vía más rápida, según los expertos, es la civil: plantear una demanda para anular las cláusulas abusivas que hacen recaer en el cliente los gastos de constitución de una hipoteca. Entre ellos, el impuesto de actos jurídicos documentados.

"La mayoría de los gastos hipotecarios: tasación, notaría, registro... están ya ganados. No hace falta que lo diga Europa, lo dirán los tribunales españoles, pero el impuesto de actos jurídicos es que sea es lo que llevaremos al fallo europeo" explica Manuel Pardos, presidente de Adicae.

"De momento el TUE nunca se ha posicionado sobre impuestos de un estado miembro pero sí se ha posicionado sobre cláusulas abusivas. Podría valorar que puede intervenir sobre la consideración de cláusula abusiva el hecho de que el consumidor tenga que pagar una serie de gastos de formalización, incluido el impuesto que, teóricamente, no le corresponden" asegura Rubén Sánchez, portavoz de FACUA.

A partir de una demanda, un juez podría entonces plantear a Europa una cuestión sobre cómo interpretar la norma. Y no sería la primera vez que la corte de Luxemburgo corrige al Supremo. Lo hizo ya en 2016 con las cláusulas suelo: "A la vista de los precedentes, sí que hay más posibilidades, en líneas generales, de que la justicia europea dé un amparo y una protección mayor a los consumidores" defiende Joaquim Bosch.

El fallo sería un mazazo para los bancos. Podrían reclamar los gastos hipotecarios todos los clientes, independientemente de cuándo hayan firmado la hipoteca, es decir, con total retroactividad: "No operaría el plazo de cuatro años de retroactividad. Lo cual generaría demandas masivas en nuestro país y devoluciones de cantidades económicas de bastante relevancia" asegura Bosch.

Otro camino legal es el del Constitucional. El Ayuntamiento de Rivas, que recurrió el impuesto hipotecario, ha anunciado que pedirá amparo a este tribunal. Pero los expertos no le auguran recorrido. La mayor esperanza para los clientes estará en Europa. Aunque su fallo podría tardar años.