Los padres del colegio Bonavista pasarán su quinta noche de encierro, con el que buscan reivindicar una educación de calidad e igualitaria, algo que, aseguran, no hace la Conselleria de Educación que ha decidido suprimir 128 clases de primaria en Valencia.

En el Ciutat de Cremona llevan ya 36 noches de encierro y no piensan parar hasta que la Generalitat les garantice que su centro seguirá el curso que viene. En pie de guerra también están en Madrid, denuncian, la oferta en la concertada no deja de crecer.

Aseguran que si no pueden estudiar aquí, tendrán que desplazarse a otro centro mucho más lejano. Guillen, el hijo de Gloria, tiene déficit de atención e hiperactividad. Hasta ahora, un técnico en integración era su guía en el colegio público al que acude, pero los recortes han borrado de un plumazo esta ayuda.

Una figura, dicen los expertos, fundamental para su educación, porque son precisamente los más perjudicados por los recortes en la educación pública.