El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, encabezado por José Luis Escrivá, está a punto de presentar una reforma del sistema de las pensiones que traerá multitud de cambios en las futuras jubilaciones, tanto en las actuales como en las que se produzcan en un futuro cercano.
Tal y como ha descrito el propio ministro, estos cambios tienen un objetivo muy claro: retrasar la edad efectiva de jubilación. Es decir, a diferencia de lo que ha ocurrido en reformas anteriores, en las que se proponía retrasar la edad legal para jubilarse (por ejemplo, que por ley tengas que terminar de trabajar a los 67, en lugar de a los 65), esta propuesta busca que sean los propios trabajadores quienes, de forma voluntaria, se animen a trabajar más.
¿Y cómo lograr que sean los trabajadores quienes decidan esta opción? La propuesta muestra dos vías: por un lado, incentivar a aquellas personas para que sobrepasen su edad de jubilación y, por otro lado, reducir las ventajas de quien se prejubile. A continuación, repasamos las claves principales de esta reforma.
¿Cuánto me dan por retrasar mi edad de jubilación?
El Ministerio de Seguridad Social ha propuesto tres tipos de incentivo:
- - La primera opción sería aplicar un porcentaje adicional de la pensión del 4% por cada año de demora. Es decir, por cada año que trabajes por encima de tu edad de jubilación —actualmente está en 66 años—, el Estado te dará un dinero extra cada año. Por ejemplo, si cobras 1.000 euros de pensión, se te sumarían 40 euros.
- - La segunda opción es una de las más llamativas, pero hay que tener en cuenta que serán pocos los trabajadores que puedan acceder a sus importes máximos. Esta consiste en una especie de 'cheque', con un máximo de 11.000 euros por cada año que trabajes de más, si has cotizado durante más de 44 años y medio. Si superas esta cifra, el beneficio puede incluso ascender, pero hay que tener en consideración que no todo el mundo ha sido capaz de trabajar tantos años.
- - Una mezcla de las dos opciones. Es decir, si trabajas dos años por encima de tu edad de jubilación, en uno de ellos podrías acceder a esa bonificación del 4% y en otro al cheque, que variará en función de tus años cotizados.
¿Qué pasa si, por el contrario, adelanto mi jubilación?
Como explicábamos, este plan busca ante todo que los trabajadores permanezcan más tiempo en sus puestos. De este modo, se plantean una serie de cambios que reducirían los beneficios de la jubilación anticipada y voluntaria.
- - En primer lugar, los coeficientes reductores pasarán de ser trimestrales a mensuales. Los coeficientes reductores son cálculos que, cuanto más adelantas tu jubilación, menos dinero percibes en tu pensión. Y la cuestión es que ahora hay cambios en estos mismos porcentajes.
- - Por ejemplo, si eres una persona que ha cotizado menos de 38 años y 6 meses, y decides adelantar tu jubilación dos años antes de lo previsto, podrías ver una reducción en la pensión de hasta un 21%, según se anticipe la jubilación menos o más meses (cuando el máximo actual se sitúa en un 16%).
- - En cambio, si has cotizado más allá de la cifra anterior y menos de 41 años y seis meses, los nuevos coeficientes propuestos oscilarían entre el 3,11% y el 19%, frente a la horquilla del 1,9% y el 15% actual, siendo también más elevados en los extremos.
¿Y si eres autónomo?
La propuesta también plantea un nuevo sistema de cotización, que todavía está "en fase de diálogo" y que se aplicaría a partir del año que viene, en enero de 2022, con un período transitorio.
Este nuevo sistema consistiría en 13 tramos “para facilitar la máxima flexibilidad a cada trabajador, ya que cuantos más tramos, cada trabajador tiene mayores posibilidades de adaptación a su capacidad de pago”. Esta flexibilidad también sería temporal, porque cada autónomo podría elegir provisionalmente su base de cotización en función del rendimiento que calcule para ese año.
Pensiones revalorizadas con el IPC
Este es uno de los cambios que el Ministerio lleva trabajando más tiempo. Con esta nueva propuesta, las pensiones se revalorizarán conforme al IPC (Índice de Precios de Consumo), de tal forma que el cambio en los precios no afecte al poder adquisitivo de los pensionistas.
Ahora bien, otra novedad importante es que si, por alguna razón, los precios bajan (algo poco común, ya que tienden a subir), los pensionistas no verían alterada su pensión. Es decir, si baja el coste de la vida, esto no afectará al importe de la pensión.
En cambio, esta diferencia sí sería compensada en los años siguientes, pero solo cuando el IPC vuelva a subir a lo largo de los tres años siguientes y, en el caso de los que tengan una pensión mínima (con menos ingresos), no se verían afectados por esta compensación. Una medida que serviría "para que no haya sesgo de ganar poder adquisitivo", concluye Escrivá.