A Ana Patricia Botín le toca ahora demostrar que es la mejor sustituta de su padre. Su nombramiento no convence a algunos de los principales fondos de inversión extranjeros.

“Los gestores de Fondo rechazan que el Banco esté familiarizado y que el apellido Botín esté por herencia”, señala Agustín Marco, periodista de ‘El Confidencial’.

A falta de un proceso competitivo que le respalde, Ana Patricia deberá ganarse la confianza informando al detalle sobre su hoja de ruta. “Tendrá que explicar en detalle cuál es su estrategia”, dice Julien Toyer, editor de Reuters en España.

La nueva presidenta, o mejor dicho, presidente -como ella prefiere que la llamen-, lleva 26 años en el Grupo Santander. Trabajadora, disciplinada y discreta; su mayor virtud es su amplia experiencia internacional.

“Su componente profesional se adapta más a la banca internacional que el de su padre”, considera Manuel Romera, director del sector financiero del Instituto de Empresa.

Pocos tienen dudas sobre qué camino tomará a partir de ahora: en las apuestas gana la línea continuista. “Habrá una continuidad total en la gestión de equipos. No creo que haya ni un ápice de cambio”, asegura Romera.

Al frente del gigante financiero, entre sus retos están la apertura de nuevos mercados o afianzarse en los ya existentes. Pero el más inmediato es el del próximo lunes, cuando acuda a su primera junta extraordinaria como presidenta.