El mercado de la vivienda sigue acorralando al inquilino por todo el país. El XXXVIII Informe conjunto de la Universidad Pompeu Fabra y Tecnocasa relata que el alquiler ya ha subido tanto, que si quisiéramos vivir así durante 25 años, pagaríamos bastante más de renta que de cuota hipotecaria durante ese periodo.

A corto plazo esta relación puede variar, de hecho con la subida de tipos propiciada por el Euribor y el BCE es probable que dicha cuota hipotecaria pueda superar a la del alquiler, pero si trazamos un horizonte a 25 años, instalado en la misma vivienda que se estime en unos 250.000 €, la balanza cae claramente a favor de la compraventa sobre el alquiler.

Según el modelo que plantea el informe, una vivienda de 250.000 euros se podría adquirir pidiendo una hipoteca de 200.000 euros, o pagando una renta media de 900 euros como arrendatario. En la comparación a un año gana el alquiler, porque la cuota media de una hipoteca a tipo fijo con las condiciones que se ofrecen actualmente sería de 1.056 euros, unos 150 euros mensuales por encima del arrendamiento.

Avanzamos con este modelo hasta el final, 25 años después el hipotecado ha amortizado los 200.000 euros y ha pagado otros 116.702 euros en intereses, en total 316.702 euros dividido en cuotas mensuales. Por otro lado, esa vivienda alquilada, con un alquiler inicial de 900 euros/mes, y que se vaya incrementando en línea con el IPC, sumaría 359.496 € en todo ese tiempo. En total el alquilado pagaría unos 43.000 euros más y no obtendría una ganancia patrimonial, es decir, una casa.

El modelo es conservador, si contamos que la vivienda está ubicada en una ciudad de tamaño medio, en la que la oferta de vivienda es pequeña y poco elástica, con escasa capacidad para crecer en pocos tiempo. Es decir que lo más probable es que, con los años, una vivienda adquirida se revalorice, mientras que una alquilada vea cómo su cuota del alquiler se incrementa más que el IPC, y por tanto la diferencia a 25 años a favor de la compraventa sea aún mayor.

En el modelo también hay que contar que para una vivienda así el comprador debe tener 50.000 € ahorrados para financiar al menos un 20% del valor del inmueble al que la hipoteca no llega, salvo que se trate de una vivienda con un precio de 200.000 euros a la que se haya otorgado una hipoteca del 100% gracias a los avales ICO que ha aprobado este mismo martes por el Gobierno.

También hay que contar con los gastos e impuestos que conlleva la compraventa y la hipoteca, que se deben abonar sin opción a financiación, y que podrían suponer unos 30.000 € añadidos. Todo suma en el dilema que plantea el mercado de compraventa, con muchas aristas y donde hoy los recursos económicos de las familias son más importantes que el estilo de vida que tengan