Elías va sacando del carrito de la compra una a una sus tres enormes garrafas y, tras llenarlas, se vuelve a casa. Detrás deja una de las siete depuradoras portátiles que se han instalado en Toro. El municipio de Zamora lleva desde diciembre de 2022 sin agua potable. "Es terrible, sale el agua pero no podemos beber...", resume Carlos mientras espera su turno y balancea una de las botellas de 5 litros que ha traído en su coche.

La sobreexplotación del acuífero que abastece a Toro lleva meses contaminado. Los análisis de la Junta de Castilla y León revelan que cada litro de agua supera los 10 microgramos de arsénico, el máximo permitido para consumo humano. Así que en las casas de los 8.500 vecinos de Toro no pueden beber el agua que sale del grifo ni tampoco utilizarlo para cocinar o limpiar los alimentos.

El Ayuntamiento de Toro ha sondeado varias soluciones, y se ha decantado por la que consideran más viables. Se va a instalar una planta de tratamiento de arsénico con filtros. "Estará disponible en unas cinco o seis semanas, aproximadamente", promete el alcalde de Toro, Tomás del Bien. El alcalde echa mano de informes de Greenpeace para advertir: más del 70% del agua subterránea de Castilla y León está contaminadas y Toro solo es "la punta del iceberg" de un problema que se va a ir extendiendo a otras zonas de la región.

Para los más mayores, y los vecinos con problemas de movilidad, los voluntarios de Protección Civil reparten casa a casa durante varias horas miles de litros de agua. "Es como ver a Dios cuando vienen ellos", relata una vecina tras abrir a los voluntarios que le entregan dos packs de agua de 18 litros. "Con eso tendré para toda la semana", asegura. Ella no puede bajar a la depuradora portátil, ni tampoco cargar con las botellas que se pueden comprar en los supermercados, donde se han triplicado las ventas.

En los negocios, como en la cafetería de Jara, han tenido que hacer acopio de garrafas de agua. Ya no pueden utilizar el agua por la toma, y necesitan conectarlas botellas a la cafetera. "Es tal la preocupación de los vecinos que hemos tenido que colocar un cartel donde indicamos que el café se hace con agua mineral", señala.