El Gobierno de España ha dejado claro en el inicio de esta semana que quiere centrar el debate político en la situación de la vivienda. Si ayer Pedro Sánchez anunciaba el fin de las llamada 'Golden Visa' -el mecanismo que hasta ahora facilitaba a los ricos adquirir el visado de residencia a cambio de una gran inversión económica en nuestro país-, este martes el líder del Ejecutivo ha ido un paso más allá anunciando la construcción de casi 25.000 viviendas para alquiler social.

"Serán 24.964 las viviendas financiadas con los 1.000 millones de euros del plan de recuperación", ha explicado la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado este martes. Aunque es un impulso, se queda muy lejos de lo que se necesita realmente; muy lejos, también, de lo que hacen nuestros vecinos europeos. Harían falta unos dos millones de viviendas para equipararnos al bloque europeo.

En concreto, actualmente en España hay solo unas 250.000 viviendas protegidas, lo que supone un 2,5% del total. En cambio, la media europea supera el 9%. Se trata de un problema grave, dado que hay demasiados demandantes para tan poca oferta. Ahora mismo, Catalunya lidera el ranking de comunidades con más solicitudes de acceso a un alquiler de vivienda social. Allí se levantarán casi 6.000 casas más de este tipo. El segundo puesto de esta lista lo ocupa Andalucía.

Solo en Sevilla 18.000 personas se encuentran en la lista de espera para conseguir una de las 3.700 casas nuevas que se construirán en todo el territorio andaluz. Después de Catalunya y Andalucía, la Comunidad de Madrid, Comunitat Valenciana, Castilla y León, Galicia, Euskadi, Canarias, Castilla-La Mancha, Aragón, Baleares, Asturias, Región de Murcia, Extremadura, Navarra, Cantabria, La Rioja, Melilla y Ceuta cierran este ranking por comunidades autónomas.

Por cada vivienda de alquiler en España hay 27 personas interesadas, un 55% más que el año pasado"

La renta o la situación de vulnerabilidad son algunos de los requisitos para poder acceder a este tipo de alquileres. Así, esta situación de colapso a razón del número de demandantes frente a las casas disponibles no es de extrañar, atendiendo a los datos. En nuestro país, son muchos, muchísimos, los casos que hemos conocido en los últimos años de dificultad a la hora de acceder a un alquiler, ya sea por el número de solicitudes o por las duras condiciones.

Es el caso de Blanca, quien después de siete años de espera consiguió una vivienda de alquiler social; también, el de Noelia, quien tuvo que ser realojada en una casa de alquiler social cuando tiraron la suya abajo. Pero el problema va más allá: si conseguir un piso de protección está difícil, la competición por un alquiler en el mercado privado es cada vez más dura. La dificultad para acceder a un alquiler ya no solo está en el precio.

En la actualidad, por cada vivienda de alquiler en España hay 27 personas interesadas, un 55% más que el año pasado. Esto ha provocado auténticas disputas e incluso robos al mejor postor. La razón para los expertos es porque hay menos oferta a la que acceder. Una valoración que también notan las inmobiliarias. Especialmente las de las grandes ciudades. Que dicen, ya ni publicitan las pocas ofertas de alquiler que les llegan. En Madrid y Barcelona hay una media de 40 interesados por cada contrato de alquiler.

Esa demanda se dispara en otras capitales, como Guadalajara o Vitoria: allí hay casi 60 o 70 personas disputándose cada piso de alquiler. En el lado opuesto se encuentran ciudades como Salamanca o Ciudad Real, que apenas superan la decena. Además, en estos casos los propietarios tienen tanto donde elegir que complican y mucho las condiciones a los inquilinos. La solución para los expertos pasa por aumentar y mucho, la oferta.