La joven Yaroslava Mahuchikh ha conseguido esta mañana la medalla de oro de salto de altura en el Mundial de pista cubierta. Nacida en Dnipro, hace 20 años, tuvo que huir de su ciudad natal el 24 de febrero por los bombas rusas que sacudían la localidad ucraniana.

“El 24 de febrero me despertó a las 4.30 de la mañana el ruido de bombas y explosiones. Comprendí que había comenzado la guerra, que Rusia nos bombardeaba. Me levanté, hice rápidamente las maletas y con mi marido huimos de Dnipro, mi ciudad”, indica Mahuchikh.

Después de abandonar Dnipro, emprendió su viaje hacia Belgrado, según las indicaciones otorgadas por las federaciones de atletismo de Rumanía y Serbia. Tras más de tres días de trayecto y 2.000 kilómetros, arribó a la capital de Serbia. “Estuvimos unos días en un sótano sin saber qué hacer porque pensábamos que la invasión rusa duraría poco”, indica Mahuchikh.

Hoy, ha realizado el mayor salto de la competición “sin apenas dormir”, ni entrenar. “Me es imposible mantener la concentración. Solo gracias al cielo mis padres lograron hacerme llegar las zapatillas de clavos y un par de 'leggings'…”, menciona la joven, de 20 años,

que ha portado a sus espaldas la bandera ucraniana por todo el Stark Arena de Belgrado durante la vuelta de honor.

“Todos los ucranianos defendemos ahora a nuestro país desde diferentes frentes de batalla. El mío es el ámbito deportivo internacional. Estar ahí en la primera línea. Debemos luchar en todas partes para demostrar nuestra fuerza y nuestro poder”, señaló Mahuchikh.

La atleta añadió que “toda la gente de Ucrania está ayudando al ejército en todo lo que pueden”, como sus compañeros de la selección masculina, que no han podido competir debido a que se encuentran batallando en pleno conflicto.

“Fue difícil hacerlo, concentrarme solo en el salto, pero… debía concentrarme solo en el salto de altura, que esa era mi forma de combatir por mi país”, sentenció.