Francisco Borreguero, sargento de la Guardia Civil, se encontraba paseando fuera de servicio por el pico de La Peñota. Durante el recorrido, su perra, Xena detectaba y avisaba al dueño del hallazgo de un cuerpo.
Se trataba del cuerpo sin vida de la medallista olímpicaBlanca Fernández Ochoa, que se encontraba desaparecida desde hace 12 días, cuando la deportista le había comunicado a su hija que se marchaba a realizar una ruta de senderismode la que no regresó.
Tanto el sargento como la pastora checa de tres años forman parte del Servicio Cinelógico del Instituto Armado. Estando en su día libre, habían salido de ruta desde Los Molinos, con la intención de ayudar en las labores de búsqueda de Ochoa.
El cadáver estaba en el pico La Peñota, que tiene una altitud de 1.945 metros y se alza en el límite provincial de Madrid y Segovia, en una zona que corresponde a Collaillo del Rey.
En la vertiente madrileña, la montaña está dentro del término municipal de Los Molinos, Madrid, en el que reside el sargento de la guardia civil, que ha abandonado la zona sin hacer declaraciones porque el caso está bajo secreto de sumario.
Las batidas de búsqueda comenzaron el 1 de septiembre, una semana después de su desaparición. Desde entonces, tanto Policía Nacional como Guardia Civil, Bomberos, expertos en zonas de montaña y voluntarios habían buscado sin descanso a la deportista.
El cadáver de la deportista ha sido trasladado al Instituto Anatómico Forense en helicóptero
El cuerpo de Blanca Fernández Ochoa ha sido trasladado al Instituto Anatómico Forense. El primer tramo se ha hecho en helicóptero, desde el Pico de La Peñora hasta el campo de fútbol de Cercedilla.
Una vez allí, el cadáver de la deportista ha sido introducido en un frugón policial, dirección al Instituto Aantómico Forense.
Ahora se espera a los resultados de la autopsia que esclarecerán las causas de la muerte de la esquiadora.