La dura charla que recibió Sara Sorribes por parte de su entrenador recuerda a otras que se han visto en el mundo del deporte.

Luis Aragones era un fiel a esta corriente agresiva de motivación. Su bronca-zarandeo a Eto'o cuando coincidieron en Mallorca es un ejemplo. El jugador protestó por ser sustituido y Aragonés impuso autoridad al límite. Funcionó, porque a partir de ahí Eto'o encajó mejor en el equipo.

Laso o Zidane como ejemplo

Pablo Laso, entrenador del Real madrid de baloncesto, ha batido récords de títulos con su particular estilo, pero rozar el límite no siempre da resultado. Sam Sumyk, entrenador de Garbiñe Muguruza, es famoso por su agresividad, pero a veces tanta dureza se puede volver en tu contra.

Para evitar esto, muchos entrenadores prefieren la técnica más respetuosa. Zidane es un ejemplo de esta corriente amigable. Autoridad solo a base de respeto, no miedo.

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