La carrera de Roger Federer parece estar llegando a su fin de la manera más injusta posible. El tenista suizo ha anunciado en sus redes sociales que será intervenido de su rodilla de nuevo y saltan las alarmas de una posible retirada forzada.
"Hace mucho que no hago nada por culpa de mi rodilla. Esta semana me reuniré con mis médicos y mi equipo y luego veremos qué sucede a continuación. Por el momento, todo es todavía un poco incierto", decía unos días antes de que hiciera pública la noticia de su operación este pasado domingo.
Federer será intervenido de nuevo en los próximos días por recomendación de los médicos, que vieron una nueva anomalía en su rodilla al acabar la temporada de hierba, por lo que tendrá que estar "en muletas durante varias semanas y fuera del circuito bastantes meses", como reconocía en el video en el que daba la triste noticia a sus seguidores.
Esto supone un varapalo tremendo para Roger, quien no ha podido disfrutar de continuidad en todo el año. En febrero de 2020 empezó el calvario, la rehabilitación de aquella operación no fue la esperada y tuvo que volver a hacerse una artroscopia, cancelando lo que restaba de temporada.
Este 2021 jugó pocos torneos, renunciando incluso a participar en los JJOO de Tokio, y su mejor actuación fue llegar a cuartos de final de Wimbledon, afectado en todos ellos por esos problemas, lo cual le ha llevado a tomar la difícil decisión de visitar de nuevo el quirófano a sus 40 años.
"Soy realista. Sé lo difícil que es volver a operarme a esta edad", comentaba Roger. Sin embargo, el objetivo es volver para poder seguir en la lucha con Novak Djokovic y Rafa Nadal por ser el tenista con más Grand Slams de la historia del tenis.
Ahora mismo los tres están empatados a veinte en un duelo en el que se puede torcer la balanza hacia cualquier lado, aunque las dolencias físicas de Federer y Nadal merman sus posibilidades.
En la cabeza del suizo está seguir: "Quiero estar sano, quiero también volver a estar activo en un futuro...". Aunque muy probablemente, con otro año más sin coger una raqueta, puede que no se vuelva a ver a Federer en competición nunca más.