Un mes después de fuertes y diversas emociones, Roberto Bautista ha tenido tiempo para reflexionar y asimilar todo lo ocurrido durante la fase final de la Copa Davis. Ahora le toca enfocarse a la nueva Copa del Mundo ATP.
En una entrevista para Marca ha analizado toda su trayectoria en el 2019. Un año en el que se convirtió en un héroe tras volver a la final de la Copa Davis tres días después de que hubiese fallecido su padre. "Lo más difícil no fue meterse a jugar la final, que claro que fue complicado, sino los tres años y medio de la enfermedad de mi padre. Yo creo que eso ha sido lo más duro", explicaba Bautista.
Sobre el gran apoyo que recibió de sus compañeros, ha confesado que no le "sorprendió", ya que habían "hecho mucha piña" y gracias a eso pudieron sacar "fuerza" y unirse más. "Ver esa unión y las ganas que tenía el equipo me incentivó para coger el coche y volver enseguida para jugar", asegura Roberto.
El gran protagonista de la Davis ha confesado que cuando llegó al vestuario ya no le "quedaban más lágrimas" por derramar, sin embargo le "impresionó" ver a sus compañeros "llorando más" que él.
Tras acabar en el Top 10 mundial no se mete presión para el 2020, su objetivo está fijado: "pasar los 2.000 puntos y, a partir de ahí, todo lo que venga será bueno", asegura Bautista.
Hasta que comience la gira de tierra no va a jugar más que seis torneos pero no le preocupa. El de Castellón lo tiene claro: "Juego un poco menos. Si después sentimos que necesitamos jugar más lo haremos".
Un Roberto Bautista que, con humildad y sin presión, prepara ya una nueva temporada dejando atrás un año lleno de emociones. Habiendo entrado por primera vez en ese Top 10 del mundo, ganando dos veces a Djokovic y tras haber llegado a la semifinal de Wimbledon. "Noto más respeto y reconocimiento en el vestuario", zanjaba el tenista.