Rafa Nadal es de esos a lo que nunca puedes dar por derrotado. Tras ceder su primer partido ante Goffin desde que perdiese su último duelo allá en el ya lejano mes de noviembre, el manacorí comenzó flojo para lo que él acostumbra ante un De Miñaur que por momentos soño con la sorpresa para Australia. Sin embargo, todo eso se quedo en eso, en simple utopía.

Porque cuando Rafa cierra el puño amedrenta a su rival. Hace que el adversario entre en pánico. Es como ser líder pero ver al gran favorito para ganar el título a cada vez menos puntos. Eso le pasó al oceánico, que tras firmar un gran primer set en el que minimizó al balear cayó por completo en una enorme reacción del de Manacor.

No tanto en el segundo set como en el tecero, pues la mitad del encuentro fue tremendamente igualada. Alguno incluso llegó a pensar en ver a Rafa caer y en que España necesitase del tercer partido contra Australia... pero no.

Porque en el segundo set Rafa ya cerró su puño tras conseguir un punto vital para la Armada. Y en cuanto lo hizo la balanza se desequilibró por completo. El tercer set fue puro Nadal. Puro espectáculo. Pura victoria.

Tres 'breaks' le hizo Nadal a su rival para ponerse con, ojo, 4-0 a favor en dicha manga. Lo tenía todo bajo control, y bajo control lo mantuvo hasta que logró el punto definitivo para poner a España en la final de la ATP Cup.

Espera Serbia, la Serbia de Novak Djokovic. Duelo espectacular el que tenemos por delante para ver quién se lleva la primera ATP Cup de la historia del tenis. ¿Podrá España sumar otro título más a la Copa Davis lograda en Madrid? Con Nadal, todo es posible. Todo es más fácil. Y más aún con el gran equipo que está junto a él.