Chris Quinn, un espectador del partido, gritó a Clijsters aconsejándole cuando se disponía a sacar. La belga se acercó hasta él y le dijo que bajara a jugar, el aficionado ni se lo pensó. Como las reglas de Wimbledon establecen que los jugadores deben vestir de blanco, Quinn no dudó en revestirse con una falda y con una camiseta de la jugadora ante las risas del público y de las propias jugadoras.

Chris, ya vestido y con la raqueta en la mano, no dudó en realizar un saque para jugar un punto con ellas. Tras esto, el hombre publicó en Twitter su felicidad por compartir titulares con Federer.