Rafa Nadal está de vuelta. El balear, que lleva sin jugar desde comienzos de enero, volverá a las pistas en enero para disputar el ATP 250 de Brisbane y preparar así el primer grande de la temporada, el Open de Australia. Sin embargo, con 45 puntos en su haber y en el puesto 663 de la ATP, su regreso no va a ser sencillo... 

Se enfrenta a una situación nueva para él. Una situación en la que se fue siendo el 14 del mundo con 2.535 puntos en mayo. Poco a poco ha ido cayendo, siendo especialmente dolorosos los 2.000 que cedió por no poder competir en Roland Garros.

Un ranking como este hace que, en teoría, no pueda participar en las previas de los torneos ATP. Sin embargo, Nadal tiene dos formas para poder disputar estas competiciones.

Las 'wild cards' y el ranking protegido

La primera son las clásicas invitaciones. Las 'wild cards'. Consisten, básicamente, en que un torneo puede invitar a un tenista si consideran que merece estar en dicha competición. Si el balear lo pide, tan solo ha de decirlo.

La segunda opción es el ranking protegido. La ATP ofrece a jugadores que hayan pasado al menos seis meses fuera de las pistas por lesión solicitar su regreso. Ahí es cuando se hace la media del ranking que haya tenido Nadal durante los primeros tres meses de su lesión.

Sería noveno, por lo que podría entrar sin problema en cualquier torneo. Podría acogerse a él o bien en los primeros nueve eventos o en los primeros nueve meses de su vuelta.

El contrapunto a esto es que, opte por la fórmula que opte, Nadal se medirá a los jugadores más complicados y difíciles ya a las primeras de cambio.

Así que sí, puede ser que incluso en primera ronda se mida con, por ejemplo, Novak Djokovic en el Open de Australia.