Rafa Nadal gana año sí y año también Roland Garros desde que debutase en 2005. Salvo contadísimas excepciones, el balear se ha llevado para casa la Copa de los Mosqueteros hasta sumar ya un total de 13. Sin embargo, la de este 2020 era y fue especial. Tan especial que en la ceremonia del himno, el campeón apenas podía contener las lágrimas
Con una mascarilla color fucsia, Nadal escuchó el himno de España con los ojos del que llora emocionado. Con los ojos del que sabe el significado que tiene su triunfo y del que sabe todo lo que ha habido y hay detrás del éxito. Con los ojos de alguien que vive en un país que ha vivido y que vive, y que sufre, día a día la crisis de la pandemia del coronavirus.
Precisamente Nadal quiso recordar esto en su discurso tras vencer a Novak Djokovic en la final de Roland Garros.
"Quiero mandar un mensaje. El mensaje de que estamos pasando uno de los momentos más complicados. Mucho ánimo, y juntos venceremos al virus", afirmó con rotundidad.
Lo cierto es que nada más concluir el partido, Nadal empezó a vivir un sinfín de emociones que explotaron con la ceremonia del himno. Arrodillado en la tierra batida de París, Rafa ya dio síntomas de estar más que emocionado por su nuevo éxito en un año muy difícil para todos.
No solo supuso el 13º Roland Garros, sino también fue el Grand Slam 20 en su carrera deportiva. Con él, ya ha igualado a Roger Federer, aunque eso a Nadal no le preocupaba ni le preocupa demasiado.
"Alcanzar a Federer con 20 no representa tanto como conquistar por decimotercera vez este torneo que representa tanto para mí y mi familia. Jugar aquí es una verdadera inspiración", dijo.
Roger le felicitó a través de las redes sociales, con un emotivo mensaje en el que quedó más que patente la buena relación que mantienen suizo y balear.
Nadal derrotó a Novak Djokovic en una final que se decidió por la vía rápida. En tres sets, y tras un 6-0 para empezar, Rafa se llevó a casa la 13ª Copa de los Mosqueteros.
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