El deporte siempre ofrece segundas oportunidades. Que se lo digan a Jack Sock. El estadounidense llegó a ser el octavo mejor tenista del planeta, pero las lesiones hicieron caer al jugador en una crisis de juego y de resultados.
Sock perdió toda la confianza cuando le quedaba mucho tenis que dar al mundo. Pese a que su última victoria como tal fue en la Laver Cup del año pasado ante Fabio Fognini, el estadounidense no ganaba un partido puntuable ATP desde el Masters 1.000 de París de 2018.
Ese momento ha llegado en el ATP 250 Delray Beach Open 2020. El tenista logró derrotar a Radu Adot por 3-6, 6-3 y 7-6, llegando a salvar una bola de partido. Su emoción tras este momento no se hizo esperar.
Las lágrimas aparecieron en el rostro de un deportista que ha pasado del cielo al infierno en un breve espacio de tiempo. Ahora, parece que Sock ha dado un primer paso a una nueva vida deportiva, algo que considera un auténtico punto de inflexión.
"Gracias a mi equipo por apoyarme. Sin esta gente y el apoyo en casa... He estado a punto de no jugar más, así que estoy contento de estar de vuelta", comentaba tras el partido.