Con pocas fisuras en su juego y aprovechando los numerosos errores del madrileño, Djokovic sentenció el partido en dos horas y 20 minutos, olvidando los malos momentos que Verdasco le hizo pasar en Doha hace un par de semanas, cuando el español dispuso de cinco puntos de partido para derrotarle.

A los 20 minutos del encuentro 'Nole' ya dominaba 5-0 en el marcador, dominando con zarpazos a diestro y siniestro, minando la moral de su adversario.

Aunque Verdasco llegó a servir a 214 kilómetros por hora, su saque no funcionó y lo perdió en seis ocasiones.

Pero lo que realmente le condenó a la derrota fueron sus 56 errores no forzados. Salvo el segundo set, donde Verdasco se mantuvo cerca en todo momento hasta forzar el desempate, Djokovic controló el partido a su antojo, mientras el zurdo madrileño se desquiciaba con sus fallos.

"Me siento como en casa", dice el serbio

Fernando, semifinalista aquí en 2009 en un gran partido contra Rafael Nadal, se ofuscaba y negaba con la cabeza en señal de impotencia y desánimo, mientras Djokovic mantenía la calma. "Me siento como en casa", dijo Djokovic al finalizar el encuentro.

"Tengo muchos recuerdos que vienen de nuevo cada vez que aterrizo aquí", dijo para meterse de nuevo al público en el bolsillo con una frase recordando a su hijo: "le echo de menos. Su cosa favorita es su padre". Djokovic se enfrentará en segunda ronda contra el ganador del encuentro entre el uzbeco Denis Istomin y el croata Ivan Dodig.

Verdasco, muy enfadado con la pista

Verdasco se quejó con amargura de la excesiva velocidad de la pista central del Abierto de Australia, la Rod Laver Arena, a la que calificó de "locura". "Hay bolas que vienen llovidas sin ninguna intención ni nada, y de repente pegaban una patinada que no eran ni normal, y yo las daba con la caña y pocas veces he dado tantas cañas de derecha en un partido", dijo, "con una pista así no se puede hacer nada".

"Es normal que así, Djokovic y Murray ganen 25 Grand Slams entre los dos porque es perfecta para el estilo de ellos. A Rafa (Nadal) seguro que no le va tan bien", añadió.

"Ellos pueden jugar súper plano, te meten una presión con el resto a los pies, con lo cual, o metes un saque a 210 cerca de las líneas o te viene un resto que te la tienes que quitar de encima y a la siguiente te la estampan ellos. A ritmo es imposible ganarlos", añadió el zurdo español, que también se quejó de las bolas del torneo.

Rajada de manual

"La bola da la sensación de que está muy pinchada, no bota mucho. quizás al medio día a 32 grados quizás, pero por la noche, nada", comentó. "Si a estos jugadores no les sacas de su zona de golpeo hacen contigo lo que quieren porque así son los mejores del mundo".

"Ellos son mucho mejores que yo y lo normal es que me ganen diez de diez, o de diez, nueve, pero a parte la pista y las bolas le van bien. La bola es pesada pero no está viva, y para jugadores como estos que juegan tan adelante, la bola les corre mucho. A otros como yo o Nadal que nos dejamos el alma en cada golpe, la bola no nos corre como a ellos", explicó.

"Yo, para hacer un ganador tengo que golpear a 200 y dejarme el brazo". "Si encima de que estoy jugando contra uno de los mejores de la Historia, las condiciones le favorecen a él, es normal que me gane 6-1 y 6-2, y le he hecho el 7-6 pero jugando bastante bien, si no me hubiera pegado otra vez 6-2 o 6-3", dijo Fernando Verdasco que aseguró que quejarse a la organización "no serviría de nada".