Kiki Bertens ganó su partido de segunda ronda de Roland Garros ante Sara Errani (7-6(5), 3-6 y 9-7) en tres horas y once minutos y abandonó la pista en silla de ruedas. Una imagen impactante.

El motivo fue los constantes calambres que había sufrido durante la última parte del partido. Bertens, de hecho, se retiró llorando y gritando de dolor.

Pero su rival no la cría y explotó. "¡Vete a la m***!", soltó mientras Bertens abandonaba la pista auxiliada. Minutos antes, tras el último punto, no acudió a la red para saludar a la ganadora.

Bertens, una de las grandes favoritas para hacerse con el título en la tierra parisina, mostró muchos problemas físicos en el último set. El partido se tuvo que detener en varias ocasiones para que fuera atendida por los médicos, ante la desesperación de Errani.