Alexander Zverev, a pesar de vencer al superlativo Carlos Alcaraz de 2022, no se acostaría tranquilo y confiado tras ver la victoria de Rafa Nadal ante Novak Djokovic en los cuartos de final de Roland Garros.

El manacorí, tras la paliza física ante Félix Auger-Aliassime el pasado domingo, sacó su mejor tenis frente a una pista entregada en la que el eco de las declaraciones pospartido ante el canadiense parece que retumbaba.

Tras 'vacunar' al número 1 del mundo, Nadal volvió a dejar un mensaje inquietante sobre su futuro, marcado principalmente por el dolor perenne que sufre en el tobillo izquierdo por el síndrome de Müller-Weiss.

"Si no soy capaz de encontrar una solución o alguna mejora, todo se hace mucho más complicado. Voy a seguir peleando, pero de momento no la tenemos", señaló en primer lugar el ganador de 21 Grand Slams.

"Hablaremos después del torneo y entenderéis un poco todo. Pero por ahora, vamos a dejarlo todo. No sé qué puede pasar después de aquí. Creo que aquí puedo competir y después ya veremos cómo queda todo. Ahora mismo no es momento de dar explicaciones, pero la tiene. Cuando termine os lo explicaré. A partir de ahí, vamos a estar centrados en estas semifinales", añadió.

Eso sí, Rafa está en semifinales de su torneo fetiche y con las sensaciones a flor de piel: "Ha sido el mejor de los cuatro últimos meses. Es un poco sorprendente para mí. En el día que más lo necesitaba, he conseguido sacar un nivel que pensaba que no tenía".

El viernes se verá las caras ante Zverev para luchar por un billete hacia la final del domingo, que podría catapultarle hasta su vigesimosegundo grande. Como dijo antes de enfrentarse ante Djokovic, "cada partido puede ser el último aquí", y qué mejor que despedirse con un 'last dance' en su jardín de arcilla.