El Abierto de Australia sigue adelante a pesar de la polémica generada por el tenista serbio Novak Djokovic. Los organizadores le han incluido en la celebración del sorteo, en medio de la incertidumbre sobre su posible deportación.

El sorteo, que comenzó con una hora de retraso tras una decisión que no fue explicada por la organización, tuvo lugar mientras se espera que el ministro de Inmigración australiano, Alex Hawke, se pronuncie sobre la permanencia del tenista serbio en el país.

El serbio y primer clasificado mundial se enfrentará en primera ronda al serbio Miomir Kecmanovic. Djokovic defenderá su novena corona conseguida a orillas del río Yarra en la edición pasada y tendrá la oportunidad, del mismo modo que Nadal, de convertirse en el tenista más laureado de todos los tiempos con 21 trofeos Grand Slam.

Nadal alertó de que sus expectativas no son las mismas que en años anteriores después de haber aterrizado en Melbourne tras seis meses alejado de la competición como consecuencia de su lesión crónica en el pie izquierdo. Sin embargo, el balear arrancó con fuerza la temporada después de consagrarse campeón en el Melbourne Summer Set de categoría 250 tras superar en la final al estadounidense Maxime Cressy.

Djokovic se podría enfrentar en unos hipotéticos octavos de final al chileno Cristian Garín (16), en cuartos de final al italiano Matteo Berrettini (7) y en semifinales al alemán Alexander Zverev (3) o a Nadal (6).

Djokovic llegó el 5 de enero a Australia para participar en el torneo con una exención médica por no vacunarse, pero los agentes de aduanas le denegaron el visado y fue retenido en un hotel de Melbourne mientras sus abogados presentaron un recurso ante un tribunal australiano, que ordenó el lunes su puesta en libertad. El futuro de Djokovic en el Abierto de Australia, que se disputa entre el 17 y el 30 de enero, aún está en vilo hasta que el ministro australiano de Inmigración decida si usa sus poderes especiales para deportar al tenista por no cumplir los requisitos impuestos para entrar al país.

Djokovic admitía este miércoles que se cometieron "errores humanos" en su declaración para entrar a Australia y que acudió a una entrevista con un medio francés en Belgrado a pesar de saber que tenía el COVID.

En el caso de que el ministro de Inmigración decidiera cancelar su visado, para lo que no tiene una fecha límite, el jugador podría de nuevo recurrir la decisión ante la justicia. El primer ministro de Australia, Scott Morrsion, dijo hoy, al ser preguntado por periodistas, que la decisión sobre el visado del tenista recae en el ministro de Inmigración y que prefería no hacer comentarios.