Tate Fegley no es un niño como otro cualquiera. Al salir del colegio su destino, cada día, es el gimnasio. Allí entrena hasta tres horas. Todos los días. Incluso en vacaciones, cuando se levanta a las siete de la mañana para acudir a su cita del gimnasio.

Tiene sólo nueve años y es capaz de levantar 104 kilos en peso muerto, 42 en press banca y 86 haciendo sentadillas. Y eso con una altura de apenas 130 centímetros y 46 kilos de peso.

La polémica está servida. ¿Es sano para un niño tan pequeño este tipo de actividad? Tate tiene claro que esta es su pasión: "Me encanta verlos entrenar y levantar pesas".

Ahora, su objetivo es ser campeón juvenil de Estados Unidos en el mes de agosto.