La imagen es espectacular. Impactante. Pura sensación. Luke Aikins se tira del avión y cae durante más de dos minutos en caída libre. ¿El objetivo? Llegar a una red gigante, que desde 7.620 metros de altura parece diminuta, pero que el experto saltador tiene que alcanzar para sobrevivir.
30 metros de profundidad y 30 metros de anchura, esa es la red que salva la vida a Aikins. Una bajada en la que se alcanzaron los 200 kilómetros por hora durante los 120 segundos que duró.
Un arriesgado reto... que este piloto de aviación estadounidense de 45 años finalmente consigue.