Una terrible imagen que ha dejado el Ironman de Frankfurt ha sido la de Sarah True completamente ida. Falta un kilómetro para llegar a meta, pero su cuerpo colapsa.

El esfuerzo y el tremendo calor acabaron con sus fuerzas. Llevaba una clara ventaja de siete minutos sobre la segunda clasificada, pero Sarah acabó desvaneciéndose.

Se registraron temperaturas de hasta 38 grados que acabaron convirtiendo el Ironman de Frankfurt en una carrera infernal.

La organización modificó algunos tramos del recorrido para que hubiera más zonas de sombra.

La española Saleta Castro acabó quinta en una carrera en la que la imagen más repetida fue la de triatletas tumbados a su llegada a meta y tratando de refrescarse de cualquier manera.

Sebastian Kienle pedaleó los 185 kilómetros en bici con un cristal clavado en el talón. Antes de comenzar la maratón, tuvo que ser atendido por los médicos. Pese a todo, acabó segundo por detrás de Jan Frodeno, que bajó de las ocho horas.

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