Aunque no se lo crean lo que ven, lo consideran un deporte. Se trata del juego de pelota de Atherstone. Vale todo por conseguir tener el balón.

Pierden la cabeza por ella, se emplea la melé del rugby, golpes de kickboxing... Cualquier cosa por esconder la pelota. Auténticas salvajadas que acaban con cientos de heridos.

Y mientras, la policía disfruta de ello. Porque para ellos es una tradición medieval. El único objetivo es tener la posesión de la pelota cuando suene el silbato.