"Es una sensación extrema. Tienes que estar muy preparado físicamente", dice Anna Von Boetticher cuando se sumerge bajo el hielo de Groenlandia.

10 grados bajo cero en la superficie y... -27 de sensación térmica. Aunque la temperatura en el agua también es un problema: "El agua está a -3ºC y se congela muy rápido".

Los peligros de bucear en apnea no dejan de aparecer: "Es como perderse en un mundo de hielo y sombras", dice Von Boetticher.

A 20 metros la luz desaparece. La oscuridad manda y con ello, la desorientación, porque como zanja la experta: "Cuando te sumerges no puedes subir a respirar si no sabes dónde está la salida".