La selección española y la selección rumana de rugby disputaron un encuentro del Seis Naciones B en el que el cuadro de Rumanía se llevó la victoria (24-7). Horas más tarde ambos equipos se encontraron en una discoteca de Botosania, una localidad situada al norte de la región de Moldavia, y se produjo un brutal enfrentamiento.

Al parecer el capitán del equipo rumano, Mihai Macovei, inició la trifulca que acabó a puñetazos entre jugadores de ambos equipos. Según han contado medios locales, el equipo de seguridad del local, al no poder poner fin a la pelea, tuvo que echar gas pimienta.

"No hubo personas que necesitaran atención médica y las personas involucradas en la pelea no han presentado denuncias", explicó Delia Neniscu, portavoz de la policía de Botosania.

Varios de los implicados de ambas selecciones fueron expulsados del local y otros salieron por su propio pie tras el uso de gas pimienta por parte del personal de seguridad. A pesar de presentar diferentes heridas, ninguno decidió acudir al hospital ni presentar denuncia.

Un hecho lamentable que ha manchado la imagen del rugby, uno de los deportes que más fomenta el respeto entre los equipos. El conocido tercer tiempo, en el que jugadores de los dos conjuntos se juntan para compartir momentos de charla y diversión, es uno de los actos más conocidos de esta práctica.