En un partido de bádminton entre Tailandia e Indonesia, era punto de partido para la primera, pero la jugadora indonesia, Gregoria Mariska, trata de aguantar y cuando recibe una bola imposible no se rinde e intenta restar, sin embargo sus piernas no resistieron el sobreesfuerzo.
Mariska se escurría en la pista tratando de devolver el golpe haciendo prácticamente un espagat, y su grito es estremecedor. Su contrincante se desentendía del punto y corría a socorrer a la jugadora indonesia.
Con ayuda y prácticamente sin pisar el suelo, Mariska salía de la pista.