A través de una carretera congelada, con temperaturas que alcanzan los -50ºC, quiere cruzar Siberia el conserje aragonés Andrés Abián. Y no es su primera vez. En concreto, será la segunda. En la primera, el año pasado, estuvo a punto de perder la vida.

Pero ahora está más preparado. "Sobre todo mentalmente vengo mejor preparado y no puedo cometer ningún error porque como cometa cualquier error me vuelvo a España", explica Abián.

Tendrá que cruzar más de 2.000 kilómetros en unas condiciones extremas a través de la denominada 'Carretera de los huesos', llamada asó porque fue construida por presos de los campos de trabajo de la desaparecida Unión Soviética.

"Tengo hielo por toda la cara, pestañas… por todos los lados", cuenta en uno de sus vídeos. Este conserje de 48 años quiere conseguir uno de los desafíos más peligrosos llevados a cabo por el ser humano.