El oro fue para la rusa Svetlana Kolesnichenko (96,1333), mientras que el bronce lo consiguió la ucraniana Anna Voloshyna (93,3000). Con estas dos medallas de plata logradas en Budapest, Carbonell mejora el resultado del pasado Mundial, ya que en Kazán consiguió dos medallas, aunque de diferente metal (plata y bronce).
Carbonell ha estado a un magnífico nivel y ha mejorado en casi un punto la puntuación lograda en el preliminar (95,0333 por 94,1667 hace un par de días). La española se la ha jugado sus opciones interpretando 'Padam' de Edith Piaf versionada por Ute Lemper, un ejercicio muy particular y diferente en el que la solista catalana ofrece lo mejor de sí misma.
La española, que persigue su vigésima medalla en un Mundial, fue la última de las favoritas en nadar y se mostró muy segura en la piscina. El ejercicio está muy bien conseguido y trata de las diversas frases del enamoramiento, un ejercicio a dos velocidades que se ajusta perfectamente a sus características.
La coreografía ha corrido a cargo de Esther Jaumà y de la francesa Virginie Dedieu, la primera gran solista que entre los Mundiales de 2003 a 2007 fue capaz de acabar con el dominio de las rusas. Tras el ejercicio, Carbonell se ha mostrado emocionada, porque nunca antes ha estado tan cerca del oro.
"Ha sido muy emocionante"
Antes luchaba por asegurarse la plata y ahora mira a lo más alto. "Ha sido muy emocionante porque me he quedado más cerca que nunca del oro. Pensaba que era posible, sabía que era muy difícil, pero me he quedado a solo un puntito, nunca he estado tan cerca", ha dicho.
La española ha desvelado que tras el ejercicio "jueces muy importantes" le han felicitado por la rutina presentada. "Nos hemos emocionado mucho, Esther (Jaumà) y Virginie (Dedieu) -sus entrenadoras- han acabado llorando, porque había mucha presión y nunca había luchado por el oro", ha comentado.
"Esta vez, en este Mundial, he salido a ganar, lo he dado todo y estoy muy satisfecha", ha asegurado la nadadora de sincronizada barcelonesa. Preguntada sobre si ve posible ganar a la representante rusa en un futuro, Carbonell sonríe. "Ojalá, llevo muchos años en esto y voy progresando. En el mundial pasado la plata fue como un sueño hecho realidad, ahora iba a por el oro. ¿Por qué no puedo conseguirlo en el próximo?", se pregunta.
Ona considera que marcharse de este mundial con dos medallas de plata "es algo muy grande", sobre todo por "el nivel de las rivales en la sincro, las grandes nadadoras existentes y también por la situación que hemos pasado estos últimos años en España, viniendo de un quinto lugar en los Juegos".
"Claro que puedo conseguir el oro. Estoy a un solo punto y tanto en el técnico como en el libre, he ganado a la rusa en algunos parámetros de la competición. Estoy muy agradecido a todo el equipo en un año que ha sido bastante complicado", ha resumido.
Carbonell se siente feliz. Mantenerse en lo más alto durante seis mundiales no está al alcance de muchas nadadoras, de hecho de muy pocas. Una es ella, la otra Gemma Mengual, las otras las grandes estrellas rusas. Con 27 años, Ona Carbonell está en el mejor momento de su carrera. Veinte medallas en seis mundiales. Dice que le queda cuerda para rato.